jueves, 29 de enero de 2009

POESÍA ERÓTICA. ESTRECHOS SON LOS BAJELES (III.2). SAINT-JOHN PERSE

Óleo de Edward Cucuel

2."...Amante, no levantaré techo para la Amante.
El Estío caza a la jabalina sobre los surcos de mar.
El deseo silba sobre su era.
Y yo, como el gavilán de las playas que reina sobre su
presa,
he cubierto con mi sombra todo el esplendor de tu cuerpo.
¡Decreto del cielo y que nos ata! Y no es hora ya, oh cuerpo
oferto,
de elevar en mis manos la ofrenda de tus senos.
¡Un lugar de rayo y de oro nos colma de su gloria!
Salario de brasas, no de rosas. ¿Y provincia marítima
alguna fue,
bajo las rosas, más sabiamente pillada?

Tu cuerpo, oh carne regia, madura los signos del Estío
de mar:
manchado de lunas, de albugos, moteado de miel y de vino
púrpura
y pasado como arena por el cedazo de los lavadores de oro
-esmaltado con oro y apresado en las grandes y luminosas
redes
barrederas que trastean en agua clara.
¡Carne regia y firmada con firma divina! De la nuca a la
axila,
a la sangría de las piernas,
y del muslo interno al ocre de
los tobillos,
buscaré, baja la frente, la cifra oculta de tu nacimiento
entre las siglas reunidas de tu orden natal
-como esas enumeraciones estelares que suben, cada
noche,
de las mesas submarinas para ir, lentamente,
a inscribirse al Oeste en las panegirias del Cielo.

El estío, quemador de cortezas, de resinas,
mezcla al ámbar de mujer el perfume de los pinos negros.
Atezado de mujer y bermejo de ámbar son de julio el olor y
el mordisco.
Así los dioses, ganados por un mal que no es nuestro,
se hacen de oro de laca en su piel de muchachas.
Y tú, vestida de un tal liquen, dejas de estar desnuda:
la cadera adornada de oro y los muslos pulidos como
muslos de hoplita...
Loado seas, alto cuerpo velado por su esplendor,
contrastado como el oro en flor con el cuño de los Reyes.
(¿Y quién, pues no ha soñado desnudar esos grandes
lingotes de oro pálido,
vestidos de ante muy suave, que hacia las Cortes viajan en
los pañoles,
bajo sus bandeletas de grueso cáñamo
y sus grandes ligaduras entrecruzadas de espartería?) (...)

SAINT-JOHN PERSE


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