Este blog es una iniciativa de amantes incondicionales de la poesía.
Aquí se publicaran poemas eróticos y relatos de grandes poetas y escritores, de todas las épocas y de todos los países.
El amor ascendía entre nosotros como la luna entre las dos palmeras que nunca se abrazaron. El íntimo rumor de los dos cuerpos hacia el arrullo un oleaje trajo, pero la ronca voz fue atenazada. Fueron pétreos los labios. El ansia de ceñir movió la carne, esclareció los huesos inflamados, pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos. Pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y se encuentran lejanos.
Cuadro: Venus recogiéndose el cabello. Godward Mujer el mundo está amueblado por tus ojos Se hace más alto el cielo en tu presencia La tierra se prolonga de rosa en rosa Y el aire se prolonga de paloma en paloma Al irte dejas una estrella en tu sitio Dejas caer tus luces como el barco que pasa Mientras te sigue mi canto embrujado Como una serpiente fiel y melancólica Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro ¿Qué combate se libra en el espacio? Esas lanzas de luz entre planetas Reflejo de armaduras despiadadas ¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso? En dónde estás triste noctámbula Dadora de infinito Que pasea en el bosque de los sueños Heme aquí perdido entre mares desiertos Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la noche Heme aquí en una torre de frío Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos Del recuerdo de tus complacencias y de tu cabellera Luminosa y desatada como los ríos de montaña ¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos? Te pregunto otra vez El arco de tus cejas tendido para las armas de los ojos En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos de flor Te hablan por mí las piedras aporreadas Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo Te habla por mí el color de los paisajes sin viento Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas Dormido en tu memoria Te habla por mí el arroyo descubierto La yerba sobreviviente atada a la aventura Aventura de luz y sangre de horizonte Sin más abrigo que una flor que se apaga Si hay un poco de viento Las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil Se pierde el mundo bajo tu andar visible Pues todo es artificio cuando tú te presentas Con tu luz peligrosa Inocente armonía sin fatiga ni olvido Elemento de lágrima que rueda hacia adentro Construido de miedo altivo y de silencio Haces dudar al tiempo Y al cielo con instintos de infinito Lejos de ti todo es mortal Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad He aquí tu estrella que pasa Con tu respiración de fatigas lejanas Con tus gestos y tu modo de andar Con el espacio magnetizado que te saluda Que nos separa con leguas de noche Sin embargo te advierto que estamos cosidos A la misma estrella Estamos cosidos por la misma música tendida De uno a otro Por la misma sombra gigante agitada como árbol Seamos ese pedazo de cielo Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño En vano tratarías de evadirte de mi voz Y de saltar los muros de mis alabanzas Estamos cosidos por la misma estrella Estás atada al ruiseñor de las lunas Que tiene un ritual sagrado en la garganta Qué me importan los signos de la noche Y la raíz y el eco funerario que tengan en mi pecho Qué me importa el enigma luminoso Los emblemas que alumbran el azar Y esas islas que viajan por el caos sin destino a mis ojos Qué me importa ese miedo de flor en el vacío Qué me importa el nombre de la nada El nombre del desierto infinito O de la voluntad o del azar que representan Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de oasis O banderas de presagio y de muerte Y ese beso que hincha la proa de tus labios Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho Dormido a la sombra de tus senos Si tú murieras Las estrellas a pesar de su lámpara encendida Perderían el camino ¿Qué sería del universo?
Boca que arrastra mi boca:
boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos fúlgidos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.
¡Cuánta boca enterrada,
sin boca, desenterramos!
Beso en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.
Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.
He de volverte a besar,
he de volver, hundo, caigo,
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.
Departamento de Clínica Psicoanalítica Grupo Cero. Más de 30 años de experiencia. 40 psicoanalistas a su servicio. Atención online, telefónica o presencial. Tfno: 917581940 mail: clinica@grupocero.org