miércoles, 17 de diciembre de 2008

LA INEXISTENCIA DE LA VAGINA


Cuadro de Salvador Dalí: Sueño causado por el vuelo de una abeja en torno a una granada un segundo antes de despertar.
Querida: Buscarme entre recortes, hallarme en alguna sonrisa desconocida. Escuchar el murmullo de tu corazón en el mismo momento que me matas. Bruja olorosa y febril, entre tus piernas, entre la sagacidad de tus muslos, vuelvo aunque tú no quieras, vuelvo a encontrar perfecta y más que silenciosa, silenciada, la joya marina, hueco de tu ser, al que por más que intento, no encuentro equivalencia.
Porque si mis ojos son a tus ojos los ojos del universo. Y mi boca en tus pechos, simple ecuación donde el recuerdo vivo ahora entre nosotros, no permite saber de quién son los pechos y de quién la boca.
Y acepto, mi amor, que mi culo es a tu culo, nuestra igualdad definitiva. Y tu clítoris es a mi pene la representación de un sentido, más que tus órganos en competencia.
Tu vagina, mi amor es la experiencia de una verdad inexistente. Algo que no tiene con qué compararse, no puede medirse y algo que no puede medirse, no sólo es infinito, sino también irracional y por lo tanto, tarde o temprano, su desarrollo terminará cuestionando los sistemas de medida. Por todo esto quiero decirte, que la vagina no existe.
Viejo Feliz

3 comentarios:

  1. Querido Catulo
    Me alegro tanto que la poesía erótica te haya hecho volver de los Infiernos.Es una prueba más que EL SEXO NO CAE. Tu "blog" es soberbio. Que delicadeza endemoniada en la elección de los textos y de las pinturas.Gracias por este cotidiano regalo.Espero poder pronto corresponderte.Un cálido beso...

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué bello homenaje a la vagina! ¡Qué maravilla! (el homejaje y la vagina)

    ResponderEliminar
  3. Gracias a todos por darnos aliento para seguir.
    Un beso y Féliz Navidad.
    Catulo

    ResponderEliminar